viernes, 3 de abril de 2015

Índice

Versos de Juan el Escritor:

Quiero cometer suicidio emocional
Cavernario
Canto figurado
Cementerio de elefantes
Voy a escribir
El nacimiento del hombre
La idea de "Tú"
Breve Historia de Chile
El mar lírico
La Tierra añora a los humanos
La mesa está servida
Andrea
La pared
Un refugio llamado padre
Y yo respiraba problemas
El regreso de Atlántida
Realidad e imaginación
Soy el rey de las causas perdidas
Epistemología del corazón
Búsqueda
No Consentido
Un día las aves volaron
Los poetas no han muerto
Vamos a jugar
Promesas y Tijeras
¿Por qué caen las hojas en otoño?
La diferencia entre el "sí" y el "si"
¿Lastimarte?
Mundo mejor
Arrepentimientos
Palabra
Amor y Poesía
Detrás de todo
Ya he llorado no no-suficiente
Sale caro robar besos
Un camino plagado de espejos
Escribir es como hacerle el amor a una mujer
La puerta de los sentimientos

Antipoesía de Valentina Isidora

Anti rimas y poesía absurda (miedos)
Acaso miento...

No-poesía

Alejándome
98 palabras
Miedo a lo desconocido (cuento breve)
Aventuras semánticas (cuento breve)
Planeta Estefania (cuento breve)
Livephone (cuento corto)
Códigos de barra (cuento corto)
Sobre el tren chico viaja mi amor (cuento corto)
El olor de todas las cosas (cuento corto)
Llueven plumas (cuento corto)
Adelante, pase (cuento corto)
Arte y política (cuento corto)

jueves, 2 de abril de 2015

Quiero cometer suicidio emocional

Quiero cometer suicidio emocional
y dejar mi corazón blanco.

Ahogar en la bañera todos tus besos en la oscuridad
 y los innumerables mirándonos
 (con el tacto y el gusto; el olor penetra la piel).

Ahorcar con mi soga depresiva
las esperanzas, el querer arrepentirme,
dar un paso al costado para ver tu vientre
desnudo a mis mañanas y amaneceres.

Decapitar las culpas de no ser como querer,
estar siempre en el abismo de los impulsos
(muchos pasos en falso quebrándome en caídas estrepitosas)
y ser acéfalo, no sentir.

Porque sólo quiero cometer suicidio emocional.
Mi corazón pide estar en blanco
y que nadie pueda escribir sobre él,
convertirse en algo como el concreto para enterrarme.

lunes, 23 de marzo de 2015

Cavernario

A veces creo que soy cavernario,
y mi mundo es mi pieza,
y me encierro a esperar la noche.
Entonces, cuando llega el silencio
me asomo a ver la oscuridad
dando a luz mis rayitos de creatividad,
saliendo de la barbarie
y conociendo la civilización.

Y digo:
“Hola, estoy aquí,
solo quiero mostrarles
el mundo nuevo de mi mente
y sus aberraciones intelectuales,
los hombres y mujeres que nacen
con mis palabras y buscan el fuego,
y el Dios abandonado que yace en un rincón
esperando a sus devotos.

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domingo, 15 de marzo de 2015

Canto figurado

Te voy a dibujar con letras un mundo perfecto:
con unos cuantos ladrillos metafóricos erigiré un castillo gigantesco
con paredes blancas de candidez excepcional
y un cuarto hecho de haches, para que nos ahoguemos en silencio.

Haré aparecer un mar de ilusiones a tu alrededor
para que comencemos a navegar
y nos perdamos en la aventura,
y nadie sea capaz de encontrarnos
y nos perdamos por siempre en travesuras.

Edificaré de comienzo a fin una torre de babel
para que nuestros lenguajes secretos
se confundan entre las lenguas que acarician
y nos hundamos así en la afonía del amor.

Eres como una hoja de papel vacía
lista y dispuesta para escribir un romance
de esos que son mejores que las novelas
porque ni la gente se va a enterar que existe.

Y si todo esto no te convence,
te rescataré como superhéroe de las garras del villano
ese que destruye sueños y fantasías
y aniquila tu autoestima.

Pero no, soy apenas un poeta
y mis cantos líricos son figurados.
Mis promesas son meras fantasías retóricas
o intentos vanos de modificar una realidad ágrafa.

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lunes, 9 de marzo de 2015

Cementerio de elefantes


Fui a una librería
y me sentí asesino:
miles de libros lloraban su muerte prematura,
porque libro sin leer no está vivo
y yo, por no poder comprarlos a todos
los enterré en los estantes
y los lloré contando mis contados billetes.

__________

El cementerio de elefantes es una vieja leyenda africana. Se cuenta que cuando los elefantes sienten que van a morir se dirigen a un sitio específico. Durante el siglo XIX los europeos que escucharon esta historia se aventuraron en el continente buscando el lugar. ¿La razón? Pensaron que encontrarían grandes cantidades de marfil ¿Será necesario decir que un libro es más valioso que el marfil?

martes, 3 de marzo de 2015

Voy a escribir

Hoy voy a escribir para desahogarme.
Un poema para un sentimiento confuso,
y como tributo ¡una idea huracanada!
¿De qué tratará el poema? No tengo ni idea…
de lo que siento… no tengo ni idea.

El polvo me rodea, da vueltas por la habitación,
es tan libre y no tiene problemas.
Quiero ser polvo, ser libre, danzar con el viento,
ir hacia el vacío, depositarme en los rincones,
ser el polvo que cubre los recuerdos…
pero no soy el polvo, y los recuerdos están ahí,
y los miro como herido, y duele todo mucho más que si no estuvieran.

Un globo de helio circula por la atmósfera,
el aire caliente (pasiones, iras, qué se yo) lo levanta
da vueltas, vaga por sus cielos desiertos,
es arrastrado por los ríos de viento,
encalla en la ionósfera,
intenta mantenerse a salvo de la isla de las radiaciones
y está que revienta, pobre globo, sólo quería ir al espacio,
desaparecer en el infinito vacío,
desaparecer en su mente.
Y soy un globo de helio.

Es febrero, y el calor, y sólo calor.
Me quemo, y no es el clima,
son mis pensamientos ardientes
el fuego fatuo de un remordimiento abrasante.
Cenizas, soy cenizas de febrero en la conciencia del hombre que quiere ser amado.
Blanco, frágil, me empujará el viento y me llevará lejos.
Eso sería muy bueno.

Imagina una “a” en el texto. Una “a” sola.
A ella sólo le pertenece una palabra. Es de ella.
Puede transmutar en otras palabras, pero no, es de ella.
Se pierde entre la multitud de letras que gritan sonidos
donde sólo aparecen palabras y más palabras,
y significados volubles que se cocinan a diferentes potencias.
Las letras estamos ahí, a la espera,
tan iguales a las demás de nuestro tipo, pero tan únicas.
Y el texto es nuestro mundo, tan lleno de interpretaciones.
Y yo una “a” que no sabe a qué palabra unirse.

Hoy estoy escribiendo para desahogarme
porque la poesía consume energía sentimental
la transforma en letras y líneas y comas (aunque las odie)
y los significados son mis lamentos
y las faltas de rima mis errores
y los párrafos cantos fúnebres
a emociones que mueren entre que soy y no soy
y el torbellino de palabras ya no tiene ningún sentido
no he dicho lo que quería
caigo en el abismo de las redundancias
mañana será lunes, y trabajo
hoy estoy solo, hoy estoy sólo escribiendo
el tiempo circula y no sé por dónde, para atraparlo
el hilo del poema lo perdí hace tiempo
así como mis sentimientos
(están ahí, jugueteando en el monte, un poco desorientados)
así que dejaré de escribir.

El final de un poema siempre es triste,
porque uno sabe que podría decir más
y no sabe qué es ese “más”.

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sábado, 10 de enero de 2015

El nacimiento del hombre




La idea de "Tú"

Anoche mis ojos cansados por las dudas
se cerraron para no verte alejándote
y en mis sueños te encontré desnuda
transformada en pesadilla
lejana y etérea
cercana y difusa
habitando un marchito amor
una piel que mi corazón está cambiando
quizás por una de acero
o de apariencias
o de cenizas apiladas en cuentos
y te conviertes en una historia
transmutas en un vino añejo
te vuelves pasado (entonces olvido)
y conversas con la distancia
me gritas diciendo "Lejos"
cuando los trenes de los sueños chillan
y sueltan un humo de voces que se desvanecen
yo me siento agrandar
crece en mi corazón la soledad
despierto con el sueño aún atragantado
en mi conciencia
te digo "buenos días negra"
y el vacío me responde mudo
y fabrico mi propio río leteo
e intento recordarte en mi arte
y yo soy infinito en la cama
las sábanas ya se lavaron
(las cómplices de nuestras guerras)
y hasta tu aroma de bebe puro
ya huyó por la ventana
y tengo miedo de colocar algún punto
o una coma
porque separan ideas
y yo no quiero separar el "yo"
de la idea de "tú"
pero ya pusiste el punto final
y yo por no ser menos lo tripliqué...

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domingo, 21 de diciembre de 2014

BREVE HISTORIA DE CHILE


Terremotos.
Guerras civiles.
Dictadores.
Habitar un país que nunca ha sido nuestro.









Nuestro país es como las plumas
que se pierden en el viento.

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domingo, 14 de diciembre de 2014

El mar lírico

Vuelve el huracán, y con más fuerza
me arrastra hacia las colinas desiertas
-debes trabajar, me dice una voz incierta-
y descanso bajo un sauce de hojas como leguas.

Despierto sobresaltado bajo mis propias colinas
y se vuelven montañas gigantescas, beatas.
Cada vez es más difícil escalarlas y escapar de ellas
porque pesan como todas las generaciones precedentes.

Déjenme descansar. Yo quiero escribir.
Vayan a perseguir a los que han extraviado su camino
el mío está más que claro, aunque las escaleras sean eternas
y los horrores ortográficos me persigan,
y el camino se esconda en un cementerio de páginas
y las escalinatas estén forjadas con palabrería inútil
(muchas voces mías, muchas más ajenas).

¡Y ahí, en la cima, en la cumbre,
mi imaginación se vuelve un torrente de palabras que fluyen como río!
Desciendo a los valles, los saludo, los observo
(que hermosas sus lomas, qué perfecta su depresión)
pero no hay tiempo, la corriente me lleva, el grifo no se detiene,
¡¿Cómo se construye un dique para la imaginación?!

Llego a un pueblo, llego a otro,
en cada uno hay seres similares a mí, más maduros, navegantes experimentados.
Algunos no controlaron su torrente. Otros lo convirtieron en pozo.
Yo paso de largo, les converso, mas, paso de largo
(Buen día señor, ¿me regala un café cargado para el camino?).
Debo llegar a mi destino, no está lejos, lo huelo a la distancia,
el azul del cielo se acaba ahí frente a mis ojos.

¡Qué hermoso el mar al atardecer!
¡El mar de los náufragos literarios!
¡El mar de los poetas descabellados!
¡Un océano de tinta, de frases, de oraciones!
¡Brindemos por un nuevo iniciado en este huracán abecedario!

No le temo a las invasiones del comején
(o las comas que aparecen donde no deben).
No le temo a los tiburones hambrientos
(malvados críticos, carroñeros de párrafos).
No le temo al hambre, a la sed, al desconcierto,
sólo tengo miedo de volver atrás mis pasos.

¡Ah! ¡El mar lírico!
¡Un huracán de letras que te arrastra de tu sitio
y te lleva a un océano sin fondo!
Sólo debes cuidarte de un peligro mortal:
No saber cómo remar entre líneas
(¿qué debo escribir en el párrafo siguiente?)
porque puedes hundirte para siempre en sus aguas
aunque, de todas formas eso no me importa:
ya nunca más volveré a poner mis pies en la tierra.