Quiero
cometer suicidio emocional
y
dejar mi corazón blanco.
Ahogar
en la bañera todos tus besos en la oscuridad
y los innumerables mirándonos
(con el tacto y el gusto; el olor penetra la
piel).
Ahorcar
con mi soga depresiva
las
esperanzas, el querer arrepentirme,
dar
un paso al costado para ver tu vientre
desnudo
a mis mañanas y amaneceres.
Decapitar
las culpas de no ser como querer,
estar
siempre en el abismo de los impulsos
(muchos
pasos en falso quebrándome en caídas estrepitosas)
y
ser acéfalo, no sentir.
Porque
sólo quiero cometer suicidio emocional.
Mi
corazón pide estar en blanco
y
que nadie pueda escribir sobre él,
convertirse
en algo como el concreto para enterrarme.
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